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La transición energética es una decisión estratégica: requiere transformar los procesos de negocios y liderazgo en las organizaciones, para obtener los mejores resultados e inspirar a otros a estar en sintonía con el cambio.
La transición hacia la eficiencia energética implica cambiar el modelo energético de las organizaciones. Hacerlo de manera correcta y eficiente requiere líderes con visión global, listos para dar grandes pasos y hacer cambios radicales, además deben estar comprometidos con el medio ambiente de hoy y de las futuras generaciones. Una correcta y respetuosa transición hacia estos modelos energéticos contribuye a alcanzar tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS: el 7 (“Energía asequible y no contaminante”), el 9 (“Agua, industria, innovación e infraestructura”) y el 12 (“Producción y consumos responsables”).
Consulta el artículo Energías Renovables: Los retos de la transición energética en el mundo.
Para gestionar el cambio en las organizaciones se necesita visión de negocio, liderazgo y agentes positivos de cambio. En efecto, la gestión del cambio “busca facilitar y conseguir la implementación exitosa de los procesos de transformación, lo que implica trabajar con y para personas, en la aceptación y asimilación de los cambios y en la reducción de la resistencia”, según la consultora KPMG.
Hablar de gestión del cambio en la transición energética significa sensibilizar a los colaboradores sobre la importancia de la transición a una matriz energética con sistemas de generación híbrida que combinen energías renovables no convencionales con fuentes de energía más limpias como el gas licuado de petróleo (GLP). Esta transición implica transformar significativamente los procesos de negocios actuales de la mano de un liderazgo acertado.
Visita también La transición energética del país, como estrategia de desarrollo sostenible frente al cambio sostenible.
Los encargados de gestionar el cambio en las organizaciones deben tener en cuenta la relación costo-beneficio a mediano y largo plazo de tal transición, los resultados operativos de la empresa y su posición en el sector en el que se desenvuelve. Los objetivos son garantizar una mejor calidad de vida, ofrecer valor añadido y beneficios para la empresa y la sociedad, e incentivar a otras organizaciones a cambiar sus sistemas de gestión de energía.
El cambio en la transición energética: paradigmas y procesos
Las organizaciones son cada vez más conscientes del impacto de sus operaciones en el entorno social y ambiental. Por ello, y para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, muchas se suman a iniciativas como la descarbonización paulatina de la energía que emplean en sus procesos.
Para ello es fundamental cambiar los procesos productivos para hacerlos más eficientes; gestionar responsablemente los recursos energéticos; emplear combustibles menos contaminantes; elegir agentes de la cadena de valor (proveedores, distribuidores, etc.) responsables y eficientes en su consumo energético; y gestionar los desechos con responsabilidad y respeto a las leyes.
Conoce cuáles son los Principios y acciones regulatorias de la descarbonización energética que contribuyen a un marco sostenible y eficiente para combatir el cambio climático.
Este tipo de cambios requiere colaboradores convencidos y comprometidos. En efecto, estar consciente de la importancia de la transformación de los procesos productivos es clave para disminuir la huella de carbono, ahorrar recursos y crear una organización energéticamente sostenible.
Además del apoyo de los colaboradores, la gestión del cambio implica la participación y la comunicación con los diversos actores relevantes en torno a la empresa, tales como accionistas, proveedores, distribuidores y comunidades. En este sentido, es necesario incentivarlos para que cambien sus acciones que generan impactos negativos en el medioambiente, tales como las relacionadas con la generación de energía con fuentes primarias contaminantes. Para ello son útiles los conversatorios, simposios y las conferencias que promuevan el cambio hacia una transición energética, de manera a disminuir la resistencia de quienes la consideren poco probable o muy lejos de alcanzar.
Profundiza sobre la Gestión del cambio aquí.
La transición energética en la práctica
La transición energética es un gran desafío, pero uno que se puede superar. En el ámbito de las empresas, hay muchas acciones a su alcance:
- Identificar necesidades, riesgos y oportunidades para minimizar el impacto del cambio climático derivado de sus operaciones.
- Desarrollar sistemas híbridos que minimicen la volatilidad propia de las fuentes de las energías renovables no convencionales (como el viento o el sol) y garanticen así la continuidad y estabilidad del suministro energético.
- Integrar en sus operaciones la mayor cantidad de energías renovables y de energías tradicionales más limpias, como el gas licuado de petróleo.
- Medir y reducir las emisiones de carbono, especialmente las derivadas del consumo eléctrico.
- Mejorar la eficiencia energética en toda la cadena de valor.
- Establecer alianzas con organizaciones privadas con objetivos energéticos similares.
- Sensibilizar a todos los actores relevantes en torno a la empresa acerca de la importancia de la transición energética y las acciones para mitigar el cambio climático.
Visita el artículo del Ministerio de Minas y Energía: La transición energética de Colombia. Memorias al Congreso.
El líder en el proceso de transformación energética
El liderazgo ha evolucionado: de las tradicionales labores de supervisión, ahora los líderes se centran en inspirar e investigar para tomar decisiones conscientes y responsables. En el ámbito de la ecología, los líderes necesitan estar al día con los planes globales de protección ambiental (como el Acuerdo de París de 2015) y con las iniciativas locales alineadas con ellos. En Colombia, por ejemplo, se encuentran el Plan Integral de Gestión del Cambio Climático del Sector Minero Energético, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y el Sistema Nacional de Cambio Climático, iniciativas lideradas por el Ministerio de Minas y Energía y el Ministerio de Medio Ambiente, respectivamente.
Visita el documento del Ministerio de Minas y Energía: Transición energética: un legado para el presente y el futuro de Colombia.
La transición energética implica que los líderes de las empresas revisen no solo los procesos operativos propios de la organización, sino las medidas y los procedimientos vinculados a ellos, como la obtención de materias primas para la generación de energía, las operaciones de proveedores, colaboradores y clientes, la logística y el transporte. En definitiva, es indispensable analizar toda la cadena de valor para elaborar una estrategia energética sostenible alineada con los planes globales y locales.
Lo siguiente es buscar opciones energéticas más amigables y planificar la transición. Adicionalmente, es clave establecer alianzas entre el sector público y privado, presionar para que se construyan proyectos de generación de energías más limpias y se instalen sistemas híbridos, de manera de garantizar tanto el abastecimiento como el almacenamiento de energía en cualquier zona del país; e instalar sistemas eléctricos beneficiosos para la empresa y respetuosos con el ecosistema.
Conoce la relación entre la transición energética y el cambio climático.
Visita también el artículo Transición Energética en Colombia – ¡El cambio ha llegado!
Ahora bien, los líderes deben llevar a cabo estos cambios junto con sus equipos, y combinar los procesos de transformación organizacional con los de transformación energética. Para ello es necesario un liderazgo inspirador y empoderador, que promueva la participación activa de los colaboradores en el cambio.
El planeta, el entorno actual y la tendencia mundial demandan una transformación energética de las empresas y de la sociedad. Para ello es necesario el esfuerzo mancomunado de gobiernos, ciudadanos y organizaciones, para así, migrar a sistemas híbridos, limpios y eficientes que ayuden a alcanzar los ODS.