La importancia de la digitalización en el sector energético

La innovación y las nuevas tecnologías facilitan la transición hacia un nuevo ecosistema energético y agregan valor a la oferta de los proveedores de energía. 

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 El sistema energético se transforma con las tecnologías; en efecto, herramientas como las aplicaciones móviles, el big data, la inteligencia artificial y el blockchain se han convertido en los protagonistas del cambio de este sector. El resultado es una optimización del consumo de energía en términos de eficiencia y regulación.

La digitalización transforma la producción, la distribución y el consumo de energía. El uso de diferentes tecnologías facilita el diseño y la instalación de sistemas que reducen las emisiones contaminantes y el consumo energético, y cumplen los compromisos establecidos en el COP21. 

Una revolución energética está en desarrollo, basada en sistemas que facilitan el consumo de energías renovables y descentralizadas. De hecho, el 90% del aumento de la demanda energética de las próximas dos décadas se cubrirá con fuentes renovables como la energía solar (con paneles) o eólica (con turbinas de viento), según la Agencia Internacional de Energía. 

La innovación digital se ha acelerado en los últimos veinte años. El sector energético ha incorporado estos avances para reducir el consumo de combustible fósil y alcanzar el objetivo de neutralidad climática propuesto para 2050, con una migración total a energías renovables. 

Un futuro sostenible distinto

El papel de la innovación y la tecnología para solucionar la transición energética. 

La transición energética dejó de ser una promesa: diversas tecnologías para aumentar la producción de energía de manera sostenible y económica han reducido las emisiones de CO2 y mitigado la huella de carbono.

Uno de los cambios más evidentes es la descentralización energética: cada usuario puede invertir en sus propios equipos (como paneles solares y aerogeneradores en el hogar) para producir, consumir y compartir energía, una alternativa a la oferta tradicional de las compañías de energía. Esta transformación le ha permitido a los consumidores tener mayor poder de decisión y ser más autosuficientes y conscientes del tipo de energía que utilizan. Por su parte, los grandes consumidores han podido mantener sus operaciones y, al mismo tiempo, causar menos impacto ambiental.

La tecnología en la eficiencia energética

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Un ejemplo del uso de las tecnologías en el sector energético es la migración de los centros de datos a la nube, una decisión que mejora la protección en situaciones en las que el suministro energético está comprometido. Además, migrar a la nube hace innecesario tener centros de datos propios, pues se puede subcontratar el servicio a empresas especializadas. El hecho de no tener que encender constantemente los servidores físicos ni hacerles mantenimiento reduce significativamente el impacto ambiental y la huella de carbono. En efecto, si las empresas migran sus sistemas a la nube, pueden reducir su consumo energético hasta en un 65% y sus emisiones de carbono hasta en un 84%, según Accenture.

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Por su parte, los medidores inteligentes de energía eléctrica reportan también beneficios, pues permiten analizar, diagnosticar, medir y distribuir el consumo de la energía de forma eficiente e identificar necesidades y perfiles para desarrollar productos personalizados. El smart metering, por ejemplo, proporciona información actualizada y detallada sobre el consumo de energía de los hogares o negocios, identificando el momento y lugar de mayor consumo, además emite registros y notificaciones sobre irregularidades que normalmente necesitan el apoyo de un técnico. 

Otra tecnología es el big data, que permite gestionar grandes volúmenes de información de las operaciones de los productores de energía limpia, lo que facilita el control detallado de las redes para identificar problemas que afecten la calidad del servicio. Para el sector energético, el big data automatiza los procesos, lo que permitirá que las futuras centrales solares o eólicas sean más efectivas. Por su parte, el blockchain permite rastrear el origen de la energía que se consume y saber si proviene de fuentes de energía renovable.

La digitalización permite que los negocios puedan ahorrar costos gracias al uso de dispositivos inteligentes. El cliente más familiarizado con ellos es el industrial: ahora puede controlar automáticamente la temperatura de sus espacios, la intensidad y el encendido de las luces, la producción de vapor o agua caliente, y la generación de energía eléctrica distribuida, entre otras variables. 

Las aplicaciones web permiten que el usuario pueda evaluar de forma más sencilla el consumo de energía que está teniendo; en efecto, se puede maximizar el uso racional y responsable de la energía, e impulsar la sostenibilidad medioambiental. Estas aplicaciones le muestran a los clientes las ofertas que mejor se adaptan a sus necesidades de consumo, así como la simulación de los escenarios de ahorro previsto, además de controlar el encendido y apagado de sus aparatos electrónicos. 

¿Cómo acelerar la digitalización en el sector energético? 

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El sector energético se enfrenta a varios retos, como extender la oferta de autoconsumo y gestionar la demanda energética. La tecnología será clave para superarlos, aunque podría también traer inconvenientes, como hacer vulnerables a ataques cibernéticos a los sistemas de producción y distribución de energía. Sin embargo, el balance es positivo: en definitiva estas herramientas tecnológicas permiten extender el uso de las energías renovables, aumentar la eficiencia energética y, así, reducir los gases de efecto invernadero.

Contenido elaborado por CastleBerry Media para Empresas Gasco.