La función de las energías limpias en el sector industrial

La transición hacia las energías renovables es clave para mejorar las instalaciones industriales existentes y abrir nuevas plantas. Tal transición reduce el consumo energético y mitiga el impacto ambiental de las operaciones.

La manufactura enfrenta el reto ecológico de ser cada vez más eficiente en el uso de la energía, dado que consume alrededor del 37% de la energía del mundo, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de la Energía.

Las empresas industriales deben optimizar su consumo de energía por varias razones, entre ellas el ahorro de costos y el aumento de la productividad y la competitividad. La clave para lograr una mayor eficiencia energética es emplear energías renovables, más económicas y amigables con el medioambiente. 

En los últimos años, diversas compañías industriales han avanzado en la transición hacia un modelo de producción que utilice energías renovables, entre ellas empresas de alimentos y bebidas como Bimbo, Unilever y Nestlé. Las energías limpias son, además, una gran alternativa para las empresas que quieren construir nuevas instalaciones.

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Razones para apostar por la energía renovable en las plantas industriales

Reduce los costos por consumo de energía

Una percepción común (pero errónea) es que la energía renovable es más costosa que la que proviene de fuentes convencionales. Sin embargo, muchas empresas están descubriendo que en realidad no es así, y están planeando cambiar a fuentes de energía renovable para sus plantas de producción actuales y nuevas de manera de reducir sus costos de consumo energético.

Ciertamente, la tecnología necesaria para convertir las fuentes de energías renovables como el sol o el viento puede ser más costosa que utilizar la infraestructura de la energía convencional. No obstante, poco a poco el equipo que requieren las energías limpias se ha hecho más asequible. Además, hay un modelo de negocio muy interesante al que pueden acceder las empresas: el PPA (Power Purchase Agreement). Este es un acuerdo de compraventa de energía que se firma entre un desarrollador de energía renovable y un cliente, que sería la empresa.

En este caso, las empresas tienen costos de capital iniciales bajos o nulos, puesto que es el desarrollador el que se encarga de la inversión. Este modelo se está usando ampliamente en el mundo; en 2020 más de 130 empresas de todo el mundo compraron una cantidad récord de energía limpia (23,7 gigavatios) por medio de PPA, de acuerdo con el informe Corporate Energy Market Outlook de BloombergNEF. 

Por otro lado, si las empresas deciden construir sus propias instalaciones de paneles solares, a largo plazo resulta más rentable que una inversión en energías de fuentes fósiles como carbón o gas natural, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.

En la mayoría de los países del mundo, es más rentable construir granjas solares que nuevas centrales eléctricas a base de  carbón, de acuerdo con un informe de la Agencia Internacional de la Energía. Para los proyectos solares completados en 2020, el costo promedio de generación de electricidad fue de entre 35 y 55 dólares por megavatio-hora, mientras que el costo del carbón oscila actualmente entre 55 y 150 dólares.

En 2021, el Gobierno de Colombia aprobó once nuevos proyectos solares de nueve empresas generadoras de energía, que se comprometieron a suministrar electricidad a 53 distribuidoras y comercializadoras con un precio promedio ponderado de 156 pesos o 41 dólares por megavatio-hora. 

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Disminuye el impacto ambiental

El planeta va en camino de aumentar su temperatura en 2,7°C para finales de siglo, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente. De acuerdo con lo establecido en la COP26, la meta para 2050 era una reducción de 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para alcanzar el objetivo de aumentar la temperatura global en 1,5°C. 

Desafortunadamente, para 2030 solo se reducirán un 7,5% de las emisiones previstas. Sin embargo, los compromisos para lograr las cero emisiones netas (es decir, reducir al máximo las emisiones de GEI), podrían ayudar a eliminar otros 0,5°C de los 2,7°C; las empresas son clave para alcanzar esta meta. 

La manufactura es una actividad que consume mucha energía. Las fuentes de energía de combustibles fósiles son efectivas, pero no son ecológicamente amigables. Por ello, cada vez más plantas industriales utilizan energías renovables; así pueden reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero directas o indirectas. 

Un ejemplo es la empresa australiana de procesamiento de semillas oleaginosas MSM Milling. Su planta, que dependía del diésel, ahora funciona con un sistema de biomasa que utiliza materiales de desecho de las operaciones forestales cercanas. Durante sus primeros seis meses de funcionamiento, la caldera de biomasa redujo los costos de la energía en aproximadamente un 70%. Además, se prevé que durante veinte años este sistema de biomasa ahorre unas 80.000 toneladas de emisiones de CO2.

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A largo plazo, permite que los procesos productivos sean sostenibles 

Los procesos industriales sostenibles potencian el aprovechamiento de los materiales y de la energía para producir bienes, y minimizan o eliminan los desechos que contaminan el medioambiente. Y para que los procesos industriales sean sostenibles, las energías limpias son la mejor solución. 

Las plantas industriales utilizan grandes cantidades de electricidad para operar equipos pesados, activar sistemas de calefacción y refrigeración, y mantener las instalaciones iluminadas. Si se siguen usando fuentes de energía convencionales como el carbón o el gas natural, estas operaciones no serán sostenibles, pues estos recursos son limitados (se estima que podrían agotarse en unos 100 o 200 años) y además no son amigables con el medioambiente

La carga ecológica y presupuestaria que suponen las energías convencionales podrían reducirse si se emplean paneles solares y turbinas eólicas: estas fuentes de energía son más limpias y no producen residuos contaminantes. También son más rentables a largo plazo; en los últimos diez años la energía renovable generó retornos totales significativamente más altos que las fuentes de energía no renovables, de acuerdo con el informe Clean Energy Investing: Global Comparison of Investment Returns, de la Agencia Internacional de la Energía.

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Sus costos de mantenimiento son bajos

Otro de los beneficios de las energías renovables en el sector industrial es la reducción de los costos de mantenimiento. Los sistemas de energía solar, por ejemplo, generalmente no requieren mucho mantenimiento, pues solo ameritan conservarlos relativamente limpios. Además, los paneles solares suelen tener garantías de muchos años. 

En el caso de la energía solar, dado que no hay partes móviles, no hay desgaste. La única pieza que debe cambiarse después cada cinco a diez años es el inversor (el componente que convierte la corriente continua en alterna). Además, los cables requieren cierto mantenimiento para garantizar que el sistema funcione de forma óptima.

Conclusiones

Una manera de que las empresas aumenten su producción y mejoren su competitividad es apostar por las energías renovables en sus plantas de producción, como alternativa a la quema de combustibles fósiles para obtener la energía que necesitan.

• Las plantas de producción tienen el reto de ser cada vez más eficientes.
• La clave para lograr una mayor eficiencia energética en la industria está en adoptar energías renovables.
• A largo plazo, una instalación de paneles solares resulta más rentable que una inversión en energías de fuentes fósiles.
• Las fuentes de energía de combustibles fósiles son efectivas, pero no son ecológicamente amigables. 
• Para tener procesos industriales sostenibles, las energías limpias son la mejor solución.