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En la búsqueda de fuentes de energía eficientes y sostenibles, el gas licuado emerge como una solución versátil y confiable para garantizar la autosuficiencia energética en Colombia.
La seguridad y la sostenibilidad energética es una preocupación global. En Colombia la autosuficiencia energética se ha convertido en un objetivo estratégico: permite lograr la independencia en el suministro de energía y reducir la vulnerabilidad ante los cambios de los precios internacionales y las crisis geopolíticas.
El autoabastecimiento no solo implica satisfacer la demanda interna de energía. También significa aprovechar al máximo los recursos energéticos del país y disminuir la dependencia de las importaciones. Además, es esencial utilizar de manera eficiente los recursos disponibles y minimizar las pérdidas en la generación, transmisión y distribución de energía.
En la matriz energética colombiana el gas licuado (GLP) tiene un rol relevante. De hecho, este combustible ha sido reconocido como una alternativa confiable y versátil, gracias a su capacidad para usarse en diferentes sectores (HORECA, industrial, agrícola, comercial y residencial). Esto lo convierte en una solución adaptable a diversas necesidades energéticas en Colombia.
La red energética colombiana y sus desafíos
La red energética colombiana, de por sí compleja, enfrenta diversos desafíos en su funcionamiento y desarrollo. De acuerdo el Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales, de Estados Unidos (NRGI, por sus siglas en inglés), la transición energética propuesta por el presidente Gustavo Petro busca abordar algunos de estos desafíos, como la necesidad de diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
En el país, las fuentes de energía tradicionales, como el petróleo, el gas natural y la generación hidroeléctrica, siguen teniendo gran relevancia. Sin embargo, no están exentas de limitaciones; son finitas y están sujetas a la volatilidad de los precios internacionales. Además, la dependencia excesiva de las fuentes de energía tradicionales perjudica al medioambiente.
La red energética colombiana también enfrenta desafíos específicos en las Zonas No Interconectadas (ZNI). Estas áreas remotas del país no están conectadas al sistema eléctrico nacional y dependen principalmente de generadores diésel para obtener energía, que tienen limitaciones en términos de costos, emisiones contaminantes y suministro inestable.
Estos problemas resaltan la necesidad de buscar alternativas energéticas más sostenibles y fáciles de implementar, para así diversificar la matriz energética en Colombia. La transición hacia fuentes más limpias y renovables, como el gas licuado, puede desempeñar un papel importante en la superación de estos desafíos y la promoción de un desarrollo energético más sostenible en el país.
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Impulso a la autosuficiencia energética
El gas licuado desempeña un papel crucial en el impulso a la autosuficiencia energética en Colombia. De acuerdo con Felipe Gómez, presidente de la Asociación Gremial Colombiana de Comercializadores de Gas (Agremgas), el país consume alrededor de 62,000 toneladas de este combustible al mes, lo que refleja su relevancia en la matriz energética nacional.
En 2021, James Rockall, CEO y gerente general de la Asociación Mundial del GLP (WLPGA, por sus siglas en inglés), analizó el panorama nacional e internacional del sector del gas licuado (GLP) y aseguró que Colombia sería uno de los líderes de este energético en América Latina. Todo indica que no estaba muy alejado de la realidad: en los últimos años, Colombia ha experimentado un crecimiento significativo en la producción de gas licuado, lo que ha fortalecido su autosuficiencia en este importante combustible.
Según datos del Ministerio de Minas y Energía, en mayo de 2022, la producción de gas alcanzó su mayor nivel para ese mes desde 2014: 1.111,87 millones de pies cúbicos por día (mpcd), un incremento del 14,58% en comparación con el mismo período del año anterior.
Este hito no solo demuestra la capacidad de Colombia para satisfacer la demanda interna de este energético. También refleja la inversión y el desarrollo de la industria de gas en el país, así como la eficiencia de los procesos de extracción y producción.
A pesar de que Colombia sigue importando gas licuado para satisfacer una parte de la demanda interna, la creciente producción de este combustible ha fortalecido la autosuficiencia energética del país y reducido la dependencia de las importaciones.
Por otro lado, al contar con una producción nacional significativa, el gas licuado puede reducir la necesidad de importar otros combustibles. Esto no solo mejora la autosuficiencia energética, sino que también proporciona una mayor estabilidad de los precios y disminuye la exposición a los riesgos geopolíticos.
El gas licuado no solo impulsa la autosuficiencia energética; también contribuye a optimizar la distribución de energía. Dada su naturaleza líquida, es fácilmente transportable y se puede distribuir de manera eficiente a diferentes áreas geográficas, incluso las de difícil acceso.
Si se integra este combustible en la matriz energética, se puede optimizar la distribución de energía al diversificar las fuentes y adaptarlas a las necesidades específicas de cada sector. Además, la infraestructura existente para el gas licuado, como los tanques de almacenamiento y las redes de distribución, puede aprovecharse para mejorar la eficiencia y la confiabilidad de la distribución energética en general.
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Unigas apuesta por el gas licuado como energía limpia y sostenible para el futuro de Colombia
En su compromiso por promover una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, Unigas se ha posicionado como un referente en la promoción del gas licuado en Colombia. Además, con sus proyectos sociales la empresa ha demostrado su compromiso con el desarrollo sostenible y la responsabilidad social.
Unigas ha llevado a cabo diversos proyectos sociales para beneficiar a las comunidades y el medioambiente. Estas iniciativas van desde programas de educación y concienciación sobre el uso eficiente de la energía, hasta la promoción de la inclusión social y el desarrollo económico local.
La compañía también ha invertido en tecnologías y procesos que ofrecen un suministro eficiente y seguro de gas licuado en todo el país. Esto ha facilitado el acceso a esta fuente de energía y contribuido a reducir las emisiones contaminantes en diferentes sectores de la economía.
La apuesta de Unigas por el gas licuado como energía limpia y sostenible se refleja en su compromiso con la innovación y la mejora continuas. Así, la empresa ha promovido la investigación y el desarrollo de tecnologías más eficientes y ha participado en alianzas estratégicas para fomentar el uso adecuado y responsable del gas licuado.
En términos de distribución, el gas licuado es fácilmente accesible, puesto que no requiere una infraestructura compleja. Así, puede ofrecerse prácticamente en cualquier lugar mediante cilindros o cisternas transportadas por carreteras, trochas, camiones, vehículos todoterreno o, incluso, vehículos de tracción animal; incluso se puede transportar con lanchas por los ríos.
Unigas ofrece soluciones de distribución a granel en tanques estacionarios para clientes B2B (industrial, agroindustrial, comercial, HORECA y residencial). Cuenta con una amplia cobertura nacional (atiende a 28 de los 32 departamentos) con gas licuado envasado y a granel.
Además, posee 14 plantas en todo el país, donde se realiza el proceso operativo de carga de cilindros o cisternas de gas licuado. También cuenta con una flota de 39 cisternas y 22 carrotanques con capacidad de almacenar 4.273 toneladas de gas licuado, que le ha permitido transportar este energético a todos los rincones de Colombia.
Conclusiones
Aunque Colombia cuenta con una importante producción de petróleo y gas, la diversificación de la matriz energética es esencial para garantizar la seguridad y la sostenibilidad energética a largo plazo. En este sentido, el gas licuado se presenta como una solución integral para enfrentar estos desafíos.
Esto es posible gracias a que este energético ofrece numerosas ventajas en términos de disponibilidad, eficiencia y versatilidad. Además, su uso puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire, y podría usarse en conjunto con las fuentes renovables, como la energía solar y eólica, para proporcionar una fuente de energía confiable cuando no estén disponibles.
El gas licuado tiene el potencial de desempeñar un papel significativo en la autosuficiencia y la optimización energética en Colombia. Su versatilidad, eficiencia y capacidad de integración en la red energética lo convierten en una opción prometedora para la transición hacia un sistema de energía más sostenible. Y con el compromiso de actores clave como Unigas, se abre un camino hacia la sostenibilidad y la resiliencia energética.
Puntos importantes:
- En Colombia, la autosuficiencia energética se ha convertido en un objetivo estratégico.
- Es esencial utilizar de manera eficiente los recursos disponibles y minimizar las pérdidas en la generación, transmisión y distribución de energía.
- Los problemas de las fuentes de energía tradicionales resaltan la necesidad de buscar alternativas energéticas más sostenibles y de diversificar la matriz energética de Colombia.
- El gas licuado desempeña un papel crucial en el impulso a la autosuficiencia energética de Colombia.
- Si se integra el gas licuado en la matriz energética, se puede optimizar la distribución de energía, al diversificar las fuentes y adaptarlas a las necesidades específicas de cada sector.