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Casi 1,8 gigatoneladas (Gt) de carbono podría emitir anualmente la industria aeronáutica global para 2050, por lo que el sector tiene el reto de reducir el consumo de combustible y mejorar la eficiencia de sus operaciones.
La industria aeronáutica es responsable de casi un 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), alrededor de 1 Gt de CO2 por año, según estima la Comisión de Energías de Transición (ETC por sus siglas en inglés). En un escenario normal de negocios, para 2050 estas emisiones podrían ascender a casi 1,8 Gt, es decir, más del 4% de las emisiones de carbono.
Con las perspectivas de recuperación y crecimiento del sector de transporte aéreo a nivel global, la sostenibilidad y el impacto ambiental de esta industria peligra, a pesar de sus esfuerzos por maximizar la descarbonización. Se estima que para 2030 los pasajeros podrían llegar a unos 6 mil millones y se podrían alcanzar los 50 millones de vuelos anuales.
Por lo tanto, la industria está abocada tanto a desarrollar combustibles alternativos y tecnologías que permitan reducir el consumo de energía, como a mejorar la eficiencia energética de motores o fuselajes, así como todas las operaciones vinculadas a la aviación civil.
Conoce más sobre el Plan Estratégico Aeronáutico de cara al 2030 aquí.
Panorama de la industria aeronáutica colombiana
El sector de transporte aéreo en Colombia alcanzó una cifra récord de pasajeros en el primer semestre de 2022, cuando logró movilizar 22.683.175 pasajeros. Esto supone una recuperación de la industria muy por encima de lo esperado, exactamente de 101% si se compara con el mismo periodo de 2021, un momento crítico por el impacto de la pandemia.
El balance positivo se extiende también al transporte de carga, que se incrementó en casi 10% al compararlo con el primer semestre del 2021, lo que implicó la movilización de 454.032 toneladas entre cargas nacionales e internacionales.
Gracias al desarrollo de plataformas logísticas especializadas, los servicios de soporte a la aviación esperan registrar una tasa de crecimiento promedio anual de 5,47% para los próximos años, según cálculos de la Aeronáutica Civil Colombiana. Las perspectivas de crecimiento son continuas y esperan superar las 1.650.000 toneladas, según el Plan Estratégico Aeronáutico 2030.
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El gas licuado, una oportunidad para la transición energética.
La industria aeronáutica internacional está comprometida a lograr una reducción del 50% de sus emisiones para 2050. Si bien hay avances para el desarrollo de biocombustibles de aviación, la penetración es superficial y muy costosa, por lo que los resultados se vislumbran a largo plazo.
No obstante, las empresas con operación terrestre en los terminales aéreos tienen la oportunidad de reducir su impacto ambiental y mejorar sus parámetros de sostenibilidad y eficiencia. Se estima que las actividades controladas por los aeropuertos constituyen alrededor del 2 al 3% de las emisiones totales de la industria de la aviación, lo que representa aproximadamente entre 15 y 20 megatones de emisiones de CO2 al año en todo el mundo.
Mediante la adopción de energías de transición como el gas licuado, los esfuerzos en sostenibilidad del sector logístico de aeropuertos, como transporte de pasajeros desde y hacia los aviones, remolcadores, montacargas, vagones y manipuladores de equipaje, arrancadores neumáticos, cargadores de correa, grúas y vehículos de catering o limpieza, pueden generar resultados a corto y mediano plazo. El propano tiene la ventaja de que no representará una carga desmesurada en la estructura de costos.
Entre los beneficios que aporta este combustible a los servicios de soporte en tierra de los terminales aéreos se encuentran:
- 33% menos de emisiones de GEI, en comparación con los equipos de servicio terrestre que funcionan con gasolina.
- Fácil almacenamiento y transporte, ya que puede mantenerse en forma líquida sin necesidad de tanques especiales, como por ejemplo los criogénicos en el caso del gas natural.
- Versatilidad de uso, tanto en ambientes interiores como exteriores, sin importar las temperaturas bajo cero ni la irregularidad de las superficies, que suelen afectar a otros equipos.
- Fiabilidad y funcionamiento sin interrupciones, a diferencia de los equipos eléctricos que necesitan baterías adicionales o unidades de reserva.
- Reabastecimiento fácil y rápido. En tan solo minutos se puede cambiar un cilindro o rellenar un tanque, a diferencia de las unidades eléctricas que pueden tardar hasta 8 horas en recargarse o los tanques de gas natural que requieren hasta 6 horas.
- Menor mantenimiento que los equipos que funcionan con gasolina o diésel, porque tienen menos acumulación de carbono y otros depósitos en el motor y en las bujías, lo que además prolonga su vida útil.
- Mayor potencia y rapidez que los que funcionan con electricidad, reduciendo los tiempos de inactividad de las operaciones logísticas. Los equipos de propano pueden rendir hasta por 400 millas sin perder potencia, a diferencia de los eléctricos que solo alcanzarán las 120 millas con una productividad irregular.
La reducción de la huella de carbono es uno de los mayores desafíos que presenta la industria aeronáutica para los próximos 30 años. Si bien los esfuerzos por desarrollar combustibles alternativos y otras tecnologías son constantes, parecen no ser suficientes, especialmente porque no se proyectan resultados a corto plazo.
La transición de este sector hacia energías más limpias no se limita a las actividades aéreas, sino también abarca todas las operaciones en tierra —como transporte y logística— que se desarrollan en los aeropuertos. La sustitución de algunos combustibles por gas licuado puede ser una de las buenas prácticas con impacto más inmediato en la reducción de emisiones de GEI.
Esta podría ser una estrategia clave para aumentar la eficiencia y sostenibilidad de la industria en Colombia, que cuenta con uno de los 50 centros de conexión más importantes del mundo y el primero en Latinoamérica: el Aeropuerto de El Dorado.
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Puntos importantes
- Según la Comisión de Energías de Transición, la industria aeronáutica podría superar el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2050, llegando a casi 1,8 Gt, de continuar un escenario de recuperación y crecimiento.
- En Colombia, el sector también muestra señales de reactivación, poco más del 100% con respecto a 2021, lo que se evidencia en los más de 22 millones de pasajeros que logró movilizar solo en el primer semestre del 2022.
- La reducción de la huella de carbono es uno de los desafíos más complejos de las empresas de aviación civil y un compromiso que han asumido para el 2050, por lo que son constantes los esfuerzos por contrarrestar la emisión de GEI.
- El uso de gas licuado en las operaciones terrestres de aeropuertos es una de las prácticas que pueden mejorar la eficiencia energética y sostenibilidad de la industria, pues entre sus ventajas se encuentran: la facilidad de transporte, almacenamiento y reabastecimiento, así como la versatilidad, potencia y rapidez de respuesta que registran los equipos logísticos, en comparación con las unidades eléctricas o que funcionan con combustibles líquidos.
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