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Un plan de contingencia te ayudará a mitigar los potenciales riesgos asociados con el uso del gas licuado (GLP). El plan debe incluir aspectos como un análisis de vulnerabilidad y un plan de respuesta que especifique qué hacer y a quién llamar.
El gas licuado es un combustible ampliamente utilizado en el sector comercial e industrial de Colombia. Las razones son muchas: gran poder calorífico, menor efecto contaminante que otras fuentes de energía, fácil transporte, versatilidad de uso, etc. Sin embargo, es un gas inflamable, por lo que su almacenamiento debe ser seguro.
Al igual que todas las fuentes de energía, el gas licuado puede causar situaciones de emergencia. Las consecuencias de un accidente podrían ser mínimas o muy graves dependiendo de si la empresa cuenta o no con un sistema seguro, una gestión realizada por una compañía responsable y eficiente, y un adecuado plan de contingencia.
En caso de emergencia, las medidas preventivas marcan la diferencia. De ellas depende la seguridad de los trabajadores, de la propiedad y del medioambiente.
Qué debe tener un plan de contingencia para situaciones de emergencia con gas licuado
Un plan de contingencia establece las previsiones y las instrucciones para actuar frente a una situación imprevista que ponga en riesgo la vida de las personas y los bienes de una compañía, de acuerdo con José Luis García Zayas, Director de Investigación y Desarrollo de Unigas.
Todas las empresas deben diseñar un plan de acción para prevenir, controlar y mitigar las emergencias. El plan debe ser parte de cualquier estrategia de prevención de pérdidas. En el caso específico de las empresas que trabajan con gas licuado, el plan de contingencia debe ajustarse al marco legal vigente relacionado con el uso, la manipulación y el almacenamiento de materiales peligrosos.
Según García Zayas, dado que cada empresa tiene sus propias características y condiciones, no hay planes de contingencias estandarizados o universales. Sin embargo, sí existen algunas recomendaciones sobre lo que debe tener ese plan respecto al manejo del gas licuado para prevenir situaciones de emergencia.
Análisis de riesgos
Este análisis permite identificar el grado de afectación de la empresa, según la gravedad de la contingencia con el gas licuado. Para hacerlo, lo primero que hay que saber es cómo reacciona esta sustancia.
Las emergencias más comunes con el gas licuado son las fugas, que pueden ocurrir en tuberías, válvulas, conexiones, etc. También podrían darse casos de liberación espontánea por presión, como cuando los tanques de almacenamiento se sobrecalientan por estar expuestos al sol.
Los incidentes que comúnmente podrían presentarse son incendios y explosiones (debido a su gran inflamabilidad) y, en menor medida, intoxicaciones.
Cuando el gas licuado se filtra en estado líquido, se evapora rápidamente y forma una nube de gas inflamable relativamente grande que cae al suelo (el gas licuado es más pesado que el aire). Sus vapores pueden recorrer largas distancias a ras del suelo y acumularse en desagües o sótanos; cuando se encuentran con una fuente de ignición, pueden quemarse o explotar. A este fenómeno se le conoce como “explosiones de vapor no confinadas”.
El gas licuado puede también causar quemaduras en la piel por frío. Por ello es fundamental usar equipos de protección cuando se manipulan productos químicos. La acumulación de gas licuado en altas concentraciones también es una situación de gran riesgo, pues al desplazar al oxígeno del aire podría actuar como agente asfixiante.
García Zayas afirma que las empresas deben considerar en su análisis de riesgo el tipo de emergencias que pueden enfrentar. En este sentido, deben preguntarse qué perjuicios tendría una fuga de gas licuado o qué efectos causaría un conato de incendio o uno declarado.
Plan de respuesta interno
Tras analizar los factores de riesgo, se debe crear el plan de respuesta: qué hacer en caso de una emergencia relacionada con el gas licuado.
En este punto se debe incluir, por ejemplo, la constitución de brigadas de emergencia, la instalación de un sistema de alarma y de extintores en sitios estratégicos, la capacitación en primeros auxilios, la organización de simulacros para el control de la emergencia que permitan evaluar la capacidad de respuesta del personal, y la elaboración de un plan de evacuación.
El plan de evacuación es un asunto crucial y nunca debe pasarse por alto; conocer las rutas de escape es fundamental para garantizar la seguridad de las personas. La correcta atención de las emergencias relacionadas con el gas licuado no solo depende de los brigadistas, sino también de una adecuada evacuación y de las respuestas del personal.
La capacitación del personal es de suma importancia. Los trabajadores deben saber de antemano qué sustancias manejan, la probabilidad de ocurrencia de un accidente y cómo actuar ante tal situación.
Manejo profesional de la emergencia
El plan de respuesta ante las emergencias causadas por el gas licuado también debe incluir la información de los organismos que atienden este tipo de situaciones como el cuerpo de bomberos, la Defensa Civil Colombiana o la Cruz Roja. Lo más importante es incluir los teléfonos de emergencia y asegurarse de que el personal los conozca.
Pedir apoyo es fundamental. Es posible manejar internamente las emergencias, pero la efectividad de la respuesta dependerá del tipo y la magnitud de los accidentes. No obstante, cuando se trata de sustancias peligrosas, hay que recurrir siempre al manejo profesional de emergencias.
García Zayas explica que, usualmente, el comité de emergencias de la empresa llama inicialmente a la compañía de gas licuado. Estas empresas están en la capacidad de dar soporte técnico a las emergencias de los clientes. No obstante, en caso de incendios o de situaciones de alto riesgo, estas se comunicarán con los organismos especializados.
Conclusiones
Cuando se realiza un análisis de vulnerabilidad de la empresa, no solo se pueden llevar a cabo acciones correctivas en caso de una emergencia, sino también preventivas.
Por ello es importante diseñar un plan de mitigación de los riesgos asociados con el gas licuado. Este plan debe incluir, principalmente, la inspección de equipos y tanques de almacenamiento. Con este tipo de procedimientos operativos es posible determinar si hay fugas o si se debe hacer algún tipo de mantenimiento en el momento. El mantenimiento periódico también es importante para prevenir fallas o un mal funcionamiento.
Lo más recomendable es trabajar siempre con una empresa experta en suministro de gas. Así se podrá estar seguro de que el producto se maneja con todas las medidas de seguridad que protegen tanto las personas como los bienes de la empresa. Una compañía experta en manejo de gas licuado también mitiga los impactos medioambientales.
Puntos importantes:
- El gas licuado es un combustible ampliamente utilizado en el sector comercial e industrial de Colombia.
- Al igual que todas las fuentes de energía, el gas licuado puede causar situaciones de emergencia.
- En caso de emergencia, las medidas preventivas marcan la diferencia. De ellas depende la seguridad de los trabajadores, de la propiedad y del medioambiente.
- Todas las empresas deben diseñar un plan de acción para prevenir, controlar y mitigar las emergencias.
- Tras analizar los factores de riesgo, se debe crear un plan de respuesta.