Liderazgo sostenible: sensibilización, acción e inspiración

Las empresas no solo deben ser rentables. Deben también ser responsables con la sociedad y el medioambiente. Se trata tanto de una exigencia social como de una decisión estratégica inteligente.

El liderazgo organizacional se transformó: la clave ya no es influir, sino inspirar. Incluso se habla de “liderazgo sostenible”, que implica gerenciar basado en la comprensión de los entornos social, económico y ambiental.

Una empresa no puede sobrevivir sin resultados financieros positivos, pero el objetivo de su gestión debe ser mucho más que maximizar su utilidad. En efecto, un líder gerencial, además de entender el negocio, debe comprender la misión y el impacto de su empresa en el contexto en el que se desenvuelve.

Conoce aquí por qué el liderazgo en responsabilidad social corporativa requiere compromiso y legitimidad. 

¿Cómo puede la empresa contribuir a mejorar su entorno? Es una pregunta que toda gerencia inteligente debe hacerse. En este sentido, desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015 ha crecido el número de empresas de todos los tamaños que evalúan las consecuencias sociales y ecológicas de sus operaciones.

Liderar implica escuchar, respetar, ser consistente entre lo que se dice y lo que se hace, actuar con equidad y justicia, y mantener abierta la comunicación constantemente. Un liderazgo sostenible diseña gobiernos corporativos éticos y comprometidos con atraer el mejor talento y con rechazar la explotación laboral, el acoso sexual y la violencia; es sensible ante las injusticias, contribuye al desarrollo social, respeta las leyes y empodera a sus grupos de interés.

Más allá de la comunicación

El discurso de una organización debe ser coherente con lo que hace, no solo con lo que muestra en los medios de comunicación o las redes sociales. De allí que la responsabilidad social empresarial (RSE) debe ser parte de la cultura de la organización, y todos los que la integran deben interiorizar los valores y las creencias expresadas en su propósito.

Una organización no puede hablar de crear un mundo mejor sin que sus colaboradores comprendan el sentido de lo que hacen día a día. Cada colaborador debe entender el porqué de sus funciones: cómo cada tarea tiene un propósito superior, porque suma a la misión de la organización.

A partir de unos valores interiorizados, la organización se conecta con comunidades y aliados para crear sociedades sanas, seguras, estables y desarrolladas. El liderazgo sostenible significa abrir espacios para el emprendimiento y el intraemprendimiento, apoyar incubadoras empresariales, promover programas de formación y desarrollo social, empoderar a grupos susceptibles y evaluar sus procesos con estándares de sostenibilidad, como los del Global Reporting Initiative (GRI).

Profundiza aquí sobre responsabilidad social corporativa y liderazgo ético. 

Sostenibilidad social: mucho más que filantropía

La sostenibilidad social es mucho más que filantropía: es garantizar la mejor calidad de vida dentro y fuera de las organizaciones. Es ofrecer empleos, buenas condiciones de trabajo, bienestar integral para los colaboradores e inclusión de minorías en la fuerza de trabajo; es también identificar necesidades en las comunidades aledañas y ayudar a solucionarlas, apoyar los mercados locales y cumplir estándares éticos a lo largo de la cadena de valor.

Sostenibilidad económica: mucho más que utilidades

La sostenibilidad económica no es solo ser rentable. Es ahorrar recursos materiales y económicos mediante la optimización de procesos; es crear productos y servicios de calidad, perdurables en el tiempo y alejados del concepto de obsolescencia programada; es ofrecer valor a los accionistas y contribuir al desarrollo económico de las naciones donde se tiene presencia.  

Conoce cómo los líderes de las compañías socialmente responsables pueden inspirar a otros a tener prácticas más sostenibles. 

Sostenibilidad ambiental: mucho más que reciclar

Ocuparse del ambiente es mucho más que sembrar árboles o separar los residuos. Se trata de optimizar procesos para contrarrestar los efectos negativos sobre el medioambiente. 

Una organización debe evaluar su cadena de valor, medir las emisiones de CO2, trabajar para alcanzar la ecoeficiencia y prevenir la contaminación. Para ello es fundamental formar y concientizar a los colaboradores, así como migrar a energías más eficientes, como el gas licuado de petróleo, o a energías limpias, como la solar o la eólica.

Solo las organizaciones que asumen compromisos sociales, económicos y ambientales pueden llamarse empresas socialmente responsables. Afortunadamente, con mayor frecuencia, el liderazgo empresarial es más humano y consciente, en sintonía con lo que demandan las nuevas generaciones. Y con lo que pide a gritos el planeta. 

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Contenido elaborado por CastleBerry Media para Empresas Gasco.