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Los consumidores actuales priorizan el consumo sostenible y responsable con el medioambiente, y esperan que las empresas tengan el mismo objetivo.
La salud y la sostenibilidad medioambiental son dos factores clave en la decisión de compra de los consumidores, según se expone en el estudio Consumer Insights Survey 2020 de la consultora PwC. La investigación también revela que 43% de los compradores esperan que las marcas se responsabilicen por el impacto medioambiental de sus productos.
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El consumidor actual está preocupado por las condiciones ecológicas del planeta; por ello busca productos amigables con el medioambiente. De hecho, 79% de los consumidores están cambiando sus preferencias de compra basados en estándares de sostenibilidad medioambiental, de acuerdo con un informe del Instituto de Investigación de Capgemini, empresa líder en servicios de consultoría, transformación digital, tecnología e ingeniería.
El consumidor actual está más consciente de su estilo de vida, sus hábitos y, en especial, de las consecuencias positivas o negativas de sus acciones. Esta tendencia se aceleró con la pandemia: de acuerdo con un informe de Google, las personas están cada vez más interesadas en llevar a cabo acciones que promuevan un futuro sostenible y en adoptar una vida más saludable.
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A pesar de este cambio de las preferencias de los consumidores, el estudio del Instituto de Investigación de Capgemini revela que solo el 36% de las empresas creen que la sostenibilidad influye directamente en las compras. Este dato señala la urgencia de que las empresas cambien y comprendan la importancia de apostar por soluciones sostenibles en sus procesos y de ofrecer productos y servicios que satisfagan las nuevas demandas de los consumidores. Así podrán vender más y construir un negocio sostenible en el tiempo.
De la economía lineal a la economía circular
La economía lineal (la de producir, usar y desechar) está llevando al planeta a una situación insostenible. Como respuesta, está cada vez más extendido el empleo de modelos de economía circular, basada en los ciclos de la naturaleza. En la economía circular se aprovechan mejor los recursos y se adopta la estrategia de las “3 R”: reducir, reusar y reciclar. El objetivo es minimizar la producción y apostar por la reutilización de los recursos.
El consumo y la producción sostenibles están en sintonía con la economía circular, pues también proponen la idea de “hacer más con menos”. Es decir, producir más con los mismos recursos, o producir lo mismo con menos recursos. Muchas empresas están adaptando sus modelos de negocios a la economía circular: por ejemplo, optimizan los flujos de energía y de materia prima, o gestionan mejor los residuos, minimizándolos o reutilizándolos.
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Producción sostenible, la clave para atraer a los nuevos consumidores
La oportunidad para las empresas está en comprometerse con la sostenibilidad. Para ello es necesario que se centren en la producción sostenible —un enfoque estratégico y operacional que propone reducir al mínimo los efectos ambientales negativos de los sistemas de producción y consumo— y en evaluar todas las etapas del ciclo de vida de sus productos y servicios.
Visita el artículo «El consumo y la producción sostenibles: un enfoque operacional sobre la sostenibilidad».
Las empresas pueden adoptar diferentes soluciones para garantizar una producción sostenible. Una de ellas es mejorar la cadena de suministro, algo que se puede lograr si se trabaja con proveedores que también apuesten por la sostenibilidad en sus procesos y que utilicen energías menos contaminantes. Una industria que cambie el carbón por el gas licuado del petróleo (GLP) como fuente de energía, por ejemplo, muestra su compromiso por reducir sus acciones contaminantes.
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Otra solución para lograr una producción sostenible es reutilizar los desechos o producir de manera más limpia. También se puede mejorar la eficiencia energética a lo largo de la cadena de valor si se evalúan los procesos productivos de la empresa y se determina cuánta energía se utiliza. Para ello es útil la realización de censos de carga y la identificación de los posibles puntos de ahorro, y posteriormente buscar soluciones integrales para el aprovisionamiento de energía.
El objetivo de la producción sostenible es aprovechar eficazmente los recursos a lo largo del ciclo de vida de los productos. Con ello las empresas pueden obtener muchos beneficios, como reducir los desechos y la contaminación; disminuir los gastos operacionales, gracias a una mejor utilización de la energía, el agua y los materiales; y aprovechar nuevas oportunidades de mercado, como resultado del cumplimiento de criterios de sostenibilidad.
Conoce por qué el nuevo consumidor apuesta por una compra sostenible y segura.
Ventajas de los procesos sostenibles y responsables con el medioambiente
El consumo sostenible impulsa a las empresas a transformar sus procesos y hacerlos más responsables con el medioambiente. Este cambio puede brindar diversos beneficios.
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1. Desarrollar ventajas competitivas
El consumo y la producción sostenibles ofrecen oportunidades a las empresas para innovar; las soluciones resultantes pueden proporcionarles una ventaja competitiva en su sector. Esto es especialmente importante en el mercado actual, que se caracteriza por ser dinámico e informado.
La innovación puede ayudar a las empresas a crear alternativas sostenibles que les permitan ofrecer valor agregado a sus clientes. De hecho, el valor añadido como consecuencia de la innovación ecológica puede resultar en un crecimiento anual medio del 15% para las empresas, según datos del informe Abogando por el consumo y la producción sostenible, de One Planet Network, una red que apoya la implementación del Marco Decenal de Programas sobre Consumo y Producción Sostenibles (10YFP).
2. Mejorar la percepción hacia la marca
Cuando las empresas adoptan procesos sostenibles y responsables con el medioambiente, pueden mejorar la actitud de los consumidores hacia su marca. Tal percepción positiva influye en la decisión del consumidor que busca adquirir productos y servicios que dañen menos el medioambiente. Sin embargo, para que así sea es importante informar a los clientes sobre los cambios que se están haciendo y sobre todo enseñarles a reconocer esas acciones sostenibles.
Tenga en cuenta que la comunicación de la sustentabilidad corporativa es fundamental para que los clientes puedan mejorar la percepción que tienen hacia la marca. Por tanto, debe hacerles saber por medio de contenido, por ejemplo, cómo la compañía está reduciendo su consumo de energía. Este es un aspecto muy importante para reconocer un negocio que está haciendo esfuerzos para ser más sostenible. Si ha adoptado estándares de sustentabilidad para elegir proveedores, también debe hacerlo saber a sus consumidores.
3. Reducir costos y aumentar los ingresos
Las innovaciones sustentables, aunque implican altas inversiones iniciales, pueden reducir los costos operativos a mediano y largo plazo. El consumidor sostenible está dispuesto a adquirir productos más por su calidad que por su precio. De allí que dejar de utilizar carbón como fuente de energía primaria y sustituirlo por una energía más limpia como el GLP, por ejemplo, puede mejorar la actitud de los consumidores hacia los productos, lo que al final ayudará a compensar los costos de las inversiones.
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Los consumidores actuales son cada vez más exigentes. Además de estar muy informados, también demandan productos y servicios de empresas que demuestren estar interesadas en proteger los intereses de la sociedad y no únicamente sus propios intereses económicos. Ahora que las personas son más conscientes de sus decisiones de consumo, las empresas deben ofrecer las soluciones que los consumidores buscan, para seguir siendo competitivas en el mercado.