Cómo encontrar una solución de eficiencia energética óptima para tu empresa

Una de las formas de alcanzar la eficiencia energética es tener aliados estratégicos que ofrezcan soluciones más sostenibles para transformar los procesos de la empresa.

La alta concentración de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera han propiciado la creación de programas y acuerdos entre países para reducir las emisiones en los próximos años. En este sentido, la eficiencia energética ha emergido como un concepto crucial en la consecución de estos objetivos. 

Sin embargo, luchar contra el cambio climático no es la única razón para que las empresas apuesten por ser energéticamente más eficientes.

Promover la eficiencia energética en sectores económicos como la agricultura o el comercio ofrece beneficios que van más allá de la sostenibilidad. En efecto, las empresas que reducen su consumo de energía pueden ver resultados positivos a lo largo de la cadena de valor.

Beneficios de ser energéticamente eficiente 

Existen muchas empresas que no conocen todavía el valor del ahorro energético, sobre todo porque no logran identificar sus principales beneficios. Algunas de ellas ni siquiera consideran utilizar energías más sostenibles, o implementar soluciones que permitan reducir su consumo energético, porque piensan en los costos de la inversión inicial.

Hay otras que sí lo han considerado, pero al no tener claridad acerca de los beneficios que obtendrían quisieran que el proveedor que presenta la alternativa energética asumiera todos los costos. Creen que el ahorro sería demasiado bajo o que tardarían mucho tiempo en recuperar la inversión.

Sin embargo, aunque hacer cambios en los equipos o las instalaciones implica gastos iniciales, la empresa que los acometa podrá lograr ahorros prolongados en el tiempo gracias a la mejora continua en el uso de la energía. Así, la inversión realizada podría pagarse en poco tiempo gracias a los beneficios económicos que se pueden obtener.

Reducción de costos 

La reducción de costos hace que la inversión inicial de la eficiencia energética deje de ser una preocupación para las empresas. En la mayoría de los casos, los costos de implementar soluciones energéticas más eficientes se compensan con los ahorros que se obtienen al mejorar la eficiencia energética de los diferentes procesos de la empresa. 

Una apropiada gestión de la energía resulta determinante para conseguir ahorros. La aplicación de buenas prácticas de control de los indicadores energéticos y de consumo ofrece a las empresas ahorros de entre 3% y 5% de la factura energética, lo que puede traducirse en una reducción de los costos de operación totales.

Y si además las compañías implementan proyectos de eficiencia energética o mecanismos de monitoreo, pueden ahorrar entre 8% a 15% en el consumo energético, según afirma Paola Herrera, coordinadora de la Línea de Energía Sostenible de la Corporación Ambiental Empresarial (Caem), filial de la Cámara de Comercio de Bogotá.

Incremento de la productividad y la competitividad

La mejora del desempeño energético implica hacer que los procesos de la empresa sean más eficientes. Esto se consigue de diferentes maneras; una de ellas es reemplazar equipos viejos, como calderas y hornos, por unos energéticamente más eficientes. También se puede lograr cambiando el tipo de energía utilizada, del carbón, el diesel o la gasolina al gas licuado del petróleo (GLP), por ejemplo.

Los cambios que permiten reducir el consumo de energía favorecen el incremento de la productividad de la empresa, pues al mejorar su eficiencia operacional se optimizan los procesos y se reducen las paradas por mantenimiento o las fallas de equipos. 

Además, reducir el consumo de energía contribuye a que el costo de los productos sea menor. Esto podría ayudarle a tener un mayor margen de ganancia que podría trasladarse al cliente mediante precios más bajos; el resultado sería una empresa más competitiva. 

Disminución de la huella de carbono

Con un consumo energético menor, la empresa puede reducir entre 50% y 70% las emisiones de gases efecto invernadero de sus operaciones, de acuerdo con Herrera. Esta disminución de la huella de carbono es especialmente relevante para las empresas que dependen de combustibles como el carbón, el diesel y la gasolina.

Reducir la huella de carbono no solo es importante para ser una empresa ambientalmente sostenible. Las compañías con planes de eficiencia energética también pueden conseguir un mejor posicionamiento en el mercado por la mejora de su imagen de marca. La gestión energética refuerza el perfil de una empresa como socialmente responsable. 

Este mejor posicionamiento ofrece un valor añadido a la empresa, puesto que además de mejorar su reputación le permite diferenciarse de sus competidores. En efecto, hoy cada vez más consumidores, conscientes del calentamiento global, compran productos de empresas comprometidas con la protección medioambiental. 

Cómo ser más energéticamente eficiente 

Si apostar por la eficiencia energética tiene tantos beneficios, ¿por qué no hacer cambios en el funcionamiento de la empresa para optimizar el uso de energía? Realizar una buena gestión de la energía implica hacer más con un consumo menor, y para conseguir esto es fundamental llevar a cabo algunas acciones:

1. Identificar los principales procesos productivos

El primer paso hacia la eficiencia energética es determinar cuánta energía utiliza la empresa, dónde y para qué. La mayoría de las empresas desglosan bien sus gastos, pero pocas comprenden los procesos que consumen más energía. 

Para revertir esto las empresas deben identificar el consumo de sus principales procesos, los equipos o maquinaria que utilizan en cada uno, y los ciclos de consumo. Al recopilar esta información podrán identificar las áreas que más consumen energía. 

2. Realizar un censo de carga

Tras definir el diagrama energético productivo de los principales procesos, será necesario determinar los usos significativos de la energía de cada equipo o maquinaria. Una buena práctica para hacerlo es agrupar los procesos según sistemas energéticos; por ejemplo, sistemas de vapor, procesos de calefacción, motores, etc. 

Si las máquinas cuentan con medidores individuales instalados, el trabajo se facilita. Pero como esto no ocurre en la mayoría de las empresas, habría que realizar una estimación de cuánta energía consumen las máquinas en función de su potencia y uso. También se puede evaluar el desempeño energético general de la empresa si se comparan mes a mes los costos energéticos o los consumos absolutos de energía.

3. Identificar los posibles puntos de ahorro

El siguiente paso tras evaluar los procesos de la empresa y el consumo de energía de equipos y maquinaria es identificar las oportunidades de reducción de consumo de energía. En este sentido, la empresa debe elaborar una lista con todas las ideas y alternativas para ahorrar energía. Si se aplican las mejores prácticas de gestión energética, se pueden conseguir importantes ahorros.

Para lograrlo, es conveniente hacerse algunas preguntas. ¿Es este sistema o dispositivo realmente necesario? ¿Qué puedo hacer para que este equipo o  proceso utilice menos energía?  ¿Puedo hacer que funcione con una energía más eficiente? Para este paso puede que sea conveniente solicitar la asesoría de expertos. 

4. Buscar soluciones integrales para el aprovisionamiento de energía

La eficiencia energética va más allá de modificar o comprar equipos que empleen una energía más sostenible. Se trata de apostar por nuevas optimizaciones que permitan una mejora continua en los procesos.

Para elegir una buena solución para el aprovisionamiento de energía es importante fijarse en diferentes aspectos. El precio suele ser uno de los factores que más influye al elegir un proveedor de soluciones energéticas. Sin embargo, si bien es uno de los aspectos en la reducción de costos, fundamentar esta elección solo en el precio puede ir en detrimento de la eficiencia energética. 

Si en la búsqueda de soluciones las empresas se concentran exclusivamente en buscar un precio bajo, es probable que encuentren un servicio que solo ofrezca beneficios a corto plazo. Por ello deben evaluar otras características, como la capacidad del proveedor para ofrecer servicios integrales tales como asesoramiento en proyectos o acompañamiento especializado de acuerdo con las necesidades energéticas del negocio. 

Conclusión:

En el camino para ser más eficientes, es importante elegir energías más sostenibles y con un poder calorífico más alto. Una alternativa sostenible puede ser, por ejemplo, el gas licuado del petróleo (GLP), pues no emite humo negro, es bajo en carbono, es de fácil mantenimiento e instalación, tiene un bajo costo comparado con otros combustibles sustitutos, y es un complemento perfecto para las energías renovables no convencionales, como la energía solar y eólica.

La mayoría de las empresas suelen buscar soluciones de eficiencia energética solo cuando sus costos de energía son altos. Si estos costos son bajos, por lo general, se motivan a reducir su consumo de energía solo para cumplir las iniciativas de sostenibilidad. Pero si sustituyen la energía que habitualmente emplean por otra más sostenible pueden mejorar su productividad, disminuir sus costos de producción y mantenimiento, y crear ventajas competitivas. 

Por Castleberry Media para Empresas Gasco